día para ver

día para ver
24 horas, y observando...

lunes, 23 de abril de 2012

Segundo intento

Me gustan los días soleados, me gusta la tierra sobre mis pies...
Soy de las personas que empiezan a amar cuando todo está por terminar, cuando el cono de helado de limón llega hasta la puntita final y empiezas a sentir que los residuos del azúcar se empalman en tus dedos de hielo derretido y terminas por saborearlos como si fueras un temible caníbal. De los que prefieren no compartir su música con los de su clase por que ellos no tienen buen gusto. Quién llega a casa enseguida para comerse la manzana que no se comió en la escuela en el receso porque tenía tarea que hacer y que se le había olvidado hacer. De aquellos que se levantan siempre tarde porque no tienen despertador y esperan a que la naturaleza realice lo que tenga que realizar y que por consecuente nunca desayunan bien, siempre corren. De los que prefieren tener pocos amigos sinceros a una bola de seres in-pensables que siguen ciertos comportamientos, una buena charla y una que otra sonrisa. Que prefieren llegar temprano una hora antes a la escuela a tener que pagar taxi (que además contamina) y tomar el transporte escolar. De los que por pillas de la vida no lograron entrar a la universidad y que creen que las segundas partes siempre serán mejores que las primeras. Y no, no  siempre será como yo  creo que sea, me niego a que sea así, es simplemente la forma base de como se supone que tenga que ser. Ó preferir seguir a un lado de la avenida y esperar a el mejor caminar.

P.D.: me gusta los días de otoño, no  los de primavera

Eduardo A.
D P V

miércoles, 18 de abril de 2012

Trescientos sesenta y cinco


Sin más, así llegó un año.
Día para ver es un año viejo ahora. Y yo también soy un tiempo más humano.

Eduardo A.
D P V

jueves, 12 de abril de 2012

Secuencia

Yo no sé muchas cosas,me gusta caminar en ocasiones, otras veces tomar el camión.
En otra vida estudiaría agronomía y seguro estudiaría en Chapingo, usaría bermudas resistentes y usaría camisa a cuadros a diario. Viviría lejos de la ciudad. Eso seria tranquilidad.
Eduardo A.
DPV

domingo, 8 de abril de 2012

Estructura del átomo

Volteó la mirada, era una ráfaga de viento que predecía una tormenta por venir. Aun esperaba al camión, como si fuese la primera vez que subiría a él, como si llevara el tiempo justo para llegar a tiempo a su destino. Usar el transporte colectivo resultaba mucho mas barato que pagar un taxi, de esos que pareciera que cobran por cada manzana que recorren, sí llegar a tiempo era lo que quería, debía hacer algo pronto, o simplemente esperar a la próxima parada del autobús, sentado, escuchando que sé yo. 
En que sucedería si por alguna extraña razón no llegara a su destino, después de todo no había nadie en casa, era una mañana desapercibida y  hacía frío. No, posiblemente tampoco era la mejor idea; tenia que entregar el proyecto semestral de historia universal que tanto tiempo había inyectado en el trabajo. Aquellas tardes al esperar salir de clases, dirigirse hacia un salón vacío y continuar con el escrito, si algo estaba seguro era que para hacer un buen trabajo, la casa no era el mejor entorno en que podía hacerse, ya que nunca había silencio en casa, no presuntamente dentro de ella, más bien por los vecinos. 
Seis cuarenta y siete a.m., no hay señales de que el transporte llegue, había diez minutos después de la hora para poder ingresar, no hay de que preocuparse.
Abrió el cierre de la mochila y  saco un pedazo de pan que no había terminada en el desayuno, siempre es buen momento para comer. Algo se oyó, el autobús estaba por llegar ( por fin).
Jamás se había dormido en el recorrido y este no era un buen momento para comenzar.


Eduardo A.
DPV