Tarde tiempo, lo sé. Simplemente no han días son para escribir, no es escusa, es lamento.
Hace un par de semanas una persona decía que es justo en la edad en que me encuentro donde se debe de lograr la plena madurez, y lo decía porque él no ser admitido en una universidad te hace cambiar de forma tan radical que terminas con una perspectiva diferente sobre el rumbo de tu vida. Empiezo a creer que es verdad.
La preparatoria está a punto de terminar, y bueno, las cosas no han sido tan favorecedoras hasta el momento; el emplear y repartir el tiempo en tareas, trabajos y estudiar para mi examen de ingreso, no ha sido tan fácil. Sólo espero que este gran capitulo termine muy bien.
Si, la preparatoria se me fue entre las manos como aire al respirar. Recordando tiempos anteriores descubro que el realidad no ha sucedido mucho. Los semestres tienen cara de cuatrimestre, los compañeros ignoran y yo, él que no dialoga.
Después de tener Fotografía como taller, estos dos últimos talleres han sido buenos. Quizás porque regresaré a mi cámara para el proyecto final, y también porque solo estoy sentado, sin hacer mucho, soy un perezoso, lo admito. Taller, lo único verdaderamente genial se este mi ultimo semestre preparatoriano.
¿Y que sí tener diecisiete me ha servido de mucho? La respuesta seria no, y más aun sí cada día que pasa, pareciera que envejezco con tal rapidez que en poco tiempo pareceré un anciano. Maldita melancolía de crecer. En poco tiempo seré un adulto, ¿miedo? por supuesto que si.
Aun no encuentro a mi chica ideal, y yo envejezco rápido.
DPV
Eduardo A.