Tres a.m., las luces de mi cuarto que alumbran el jardín; están prendidas.
Quiero pensar que se encontraban dormidos, que planearon con tal alevosía la temible peripecia que resulto ser una broma muy bien planeada. Las luces están prendidas, y no creo haber sido yo el culpable de semejante calamidad. Quizás no deberíamos tomarnos tan a pecho estas ultimas horas que restan al año, tampoco creo haber dormido con las luces prendidas toda la noche, por lo menos hasta aquella hora en que desperté y pude darme cuenta.
Empiezo a creer que existe la vida nocturna, me refiero a aquellos malestares que aquejan a a algunas personas, algo como lo que se suele llamar como una persona sonámbula (nunca pude comprender en realidad el termino). Posiblemente y sí sea sonámbulo. No lo sé yo del todo cierto. Si es así, ahora puedo comprender del porque del sueño en mis jornadas diurnas.
No suelo pensar mucho en todo ello, y no quiero pensar que todo fue sólo un sueño. En mis sueños no ocurren situaciones similares ni tan enigmáticas a la vez.
Vislumbre y corroboré que estaba despierto, no era producto mental, todo era verdad. Me levante con los pies descubiertos por el frío piso y apagué el interruptor. Bajé las escaleras, fui a la cocina, tome agua y regresé a mi cuarto. Sabía que no iba a poder cerrar mis parpados por mucho tiempo. No dormí toda la noche pensando en las bombillas prendidas y mi sueño tan pesado que tengo una vez que me encuentro en la cama.
Prefiero seguir durmiendo...
dpv